En primer lugar, los ETF suelen conllevar comisiones de gestión, que pueden reducir el rendimiento de la inversión.
En segundo lugar, los ETF pueden estar sujetos a las mismas fluctuaciones de precios que el bitcoin, por lo que los inversores deben estar preparados para asumir el riesgo de perder dinero.
En tercer lugar, el funcionamiento no es tan transparente como el bitcoin.
En cuarto lugar, los inversores no adquieren la propiedad del bitcoin, la adquiere la institución que gestiona las comisiones.
Sin embargo, los inversores que desean adquirir la propiedad del bitcoin y asumir un mayor nivel de riesgo pueden encontrar que comprar bitcoin directamente es una mejor opción.
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El presente es meramente informativo y no constituye una recomendación de compra o inversión.
Invito a los lectores a realizar su debida investigación antes de comprar o invertir en criptomonedas, ya que la mayoría son altamente volátiles.